Alarga la vida a tu calzado

Muy buenos días,

este Jueves vamos a hablar de cómo alargar en general la vida al calzado. A veces decimos de un calzado es eterno y otras veces que qué poco nos ha durado. Desde luego que la duración de los zapatos, son directamente proporcionales al tipo de zapato y a la calidad de su material, pero independientemente de que su calidad sea lo más importante, también el trato y los cuidados que han recibido hacen que se alargue o se acorte más su vida útil, como en todas las cosas.

Normalmente, es fácil encontrar los cuidados que deben recibir los diferentes materiales con los que se fabrica el calzado. En nuestra página web, en la pestaña de “cuidados”, dentro de cada ficha de producto, hemos plasmado a modo de resumen la forma básica de limpieza de diferentes materiales, por ejemplo, si son tejidos, engrasados, pieles, sintéticos, serraje...

Pero hay otros tips o consejos muy útiles que hacen que consigamos alargar la vida del calzado y son los que te vamos a contar ahora:

Un primer consejo que podríamos dar, es cuidar el zapato desde dentro. Es importante que tenga las normas básicas de higiene, porque si no es así, lo primero será un agente contaminante para nuestros pies y podrán generarse hongos, malos olores y además la humedad deteriora la composición del zapato desde el interior hasta el exterior, con la consiguiente posible rotura del mismo. Por este motivo, es importante no exponer, en general, a los zapatos a líquidos ya que su composición tiende a absorber esta humedad y genera un desgaste en él.

Otro aspecto importante a tener cuenta es ponerse correctamente los zapatos, con ello quiero decir no deformarlos al intentar ponérselos y usar calzador, o abrir los cordones para introducir mejor los pies.

Se debe de evitar un uso continuado del calzado todos los días seguidos. Ésto se debe a que los materiales en general y sobre todo las pieles, necesitan descansar y volver a su posición inicial para no deformarse. Además de cara a la salud del pie, también es conveniente variar de calzado frecuentemente.

Por otro lado, hay que limpiarlos por fuera, sí, pero como todo nada es bueno en exceso. El uso excesivo de cremas o betún harán que se acumulen capas en el zapato que además de modificar su color inicial de fábrica, impide respirar al zapato, sobre todo cuando es de piel.

Es importante que en el momento en el que no los utilices, les introduzcas dentro hormas de madera y si no tienes, uses los papeles y cartones que vienen en su interior cuando se compran de nuevos.

Por último, te recomendamos que te fijes en la suela y los tacones y que para que se mantengan como nuevos durante más tiempo, antes de guardarlos hasta la próxima temporada, compruebes que las tapas de los tacones estén en buen estado y si no, las cambies en un zapatero especializado.

Esperamos que todos estos consejos te hayan servido de ayuda y si había algunas cosas que no hacías hasta ahora, es el momento de empezar a ponerlas en práctica.

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